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La alimentación complementaria es una etapa clave en el desarrollo del bebé. Marca el inicio de una nueva aventura: el descubrimiento de sabores, texturas y hábitos alimenticios que influirán en su salud a largo plazo. En este post te contamos cuándo empezar, cómo hacerlo correctamente y qué errores evitar.
Es la introducción progresiva de alimentos distintos a la leche materna o de fórmula, que sigue siendo el principal alimento del bebé durante los primeros meses de vida. Esta etapa no significa dejar la leche, sino complementarla para cubrir las necesidades nutricionales del bebé a medida que crece.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda iniciar la alimentación complementaria a partir de los 6 meses, siempre que el bebé esté preparado. Algunas señales de que tu bebé está listo son:
Se mantiene sentado con apoyo y sostiene bien la cabeza.
Ha perdido el reflejo de extrusión (de empujar la comida con la lengua).
Muestra interés por la comida.
Abre la boca cuando se le ofrece comida.
Comienza con alimentos triturados o en textura suave, e incorpora cada nuevo alimento de forma individual, dejando al menos 2-3 días entre ellos para detectar posibles alergias.
A partir de los 6 meses, las reservas de hierro del bebé disminuyen, por eso es fundamental incluir:
Carne, pollo o pavo bien cocidos y triturados.
Lentejas o garbanzos sin piel.
Cereales fortificados sin azúcares añadidos.
El riñón del bebé aún es inmaduro, y no necesita sal ni azúcar añadidos. Tampoco conviene ofrecer embutidos, bollería o productos ultraprocesados.
A medida que el bebé crece, podés ir cambiando la textura:
De purés a chafados.
De chafados a trozos pequeños.
Esto favorece la masticación y autonomía alimentaria.
Esta técnica consiste en ofrecer alimentos sólidos desde el inicio, permitiendo que el bebé se alimente por sí solo. Si optas por esta opción:
Asegúrate de que esté siempre supervisado.
Ofrece alimentos seguros y fáciles de manipular (en tiras o bastones).
No fuerces, respeta su ritmo.
Ofrecer alimentos antes de los 6 meses sin indicación médica.
Forzar al bebé a comer.
Comparar su progreso con el de otros bebés.
Dar miel antes del año (riesgo de botulismo).
Usar pantallas o distracciones durante la comida.
Crea un ambiente tranquilo y sin presiones.
Comé en familia: tu bebé aprenderá por imitación.
Fomentá la exploración: dejar que toquen, huelan y saboreen los alimentos es parte del aprendizaje.
En PequeMonster, acompañamos a las familias en cada etapa del desarrollo de sus peques. Si estás por comenzar con la alimentación complementaria, ¡estás en el lugar indicado para informarte y sentirte acompañado!